La Huella de Abandono es la huella de huellas. Una serie de condicionamientos socioculturales y educativos generados a lo largo del proceso de individuación de toda persona.
“La Conciencia no despierta con una idea; despierta con una experiencia: con una emoción consciente.”–ARS–
Es la huella que determina nuestro nivel de apego a otras personas, generando estructuras de dependencia emocional que pueden llegar, en casos extremos, a la fracturación severa de la personalidad. Relaciones afectivas patológicas que actúan en forma insidiosa, generando procesos autodestructivos que pueden prolongarse de una manera indeterminada. Mientras no resolvamos nuestra Huella de Abandono, jamás podremos reconciliarnos con nosotros mismos, ni estructurar un proyecto de vida en consecuencia con relaciones afectivas sanas y equilibradas. Experimentaremos, una y otra vez, ese vacío que nos aísla y deprime, propiciando una creciente pérdida de autoestima, estados de angustia y confusión interior.
En este curso II se estudian temas cruciales relativos a este proceso de individuación, que van del desamparo de la más remota infancia, perdida en las brumas de la memoria, hasta el eterno adolescente de cincuenta o sesenta años, perdido en su incapacidad de compromiso e indefinición personal. Un proceso que implica el emplazamiento de innumerables pérdidas, abandonos y separaciones experimentadas a lo largo de nuestra infancia profunda, adolescencia y primera juventud, llegando en muchos casos hasta la vida adulta y vejez. Este rastro de rupturas, separaciones y carencias afectivas va configurando el perfil de nuestra Huella de Abandono, un proceso universal que compartimos con las demás personas, donde cada quien tiene su propia huella, pero donde la configuración de cada huella es única y distinta de todas las demás. Percatarnos de este proceso, implica descubrir una imagen diferente de nuestro propio ser que nos invita a reencontrarnos con nosotros mismos, pero desde una perspectiva actual, buscando una reconciliación a fondo con nuestra propia biografía.
Una reconciliación personalísima al interior de ese espacio íntimo y privilegiado al que sólo yo tengo acceso, donde viví las cosas como las viví, y donde sólo yo puedo saber lo que sé de mí; es decir: lo que "significó" para "mí" aquello que "viví" y, en consecuencia, un espacio donde sólo yo tengo la posibilidad de transformar su significado: transformarlo y transformarme. También estudiamos la zona de miedos con sus respectivas estrategias de defensa; los rasgos de la falsa personalidad; el rasgo dominante y la susceptibilidad. Además, en este curso vemos los siete valores fundamentales que confieren el sentido de pertenencia; las nociones de "actante" y "función" y, finalmente, la identidad recobrada.